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El camino del emprendedor: Parte I


El emprendimiento. Una palabra que se dice fácil, se escucha ambiciosa, se piensa viable, pero su ejecución lleva tropiezos impensados. Dirían por ahí: “no es miel sobre hojuelas”.


Comenzamos esta narración de sucesos y experiencias que nos han ocurrido en el proceso de emprender. Queremos contarles a cada uno de ustedes, a través de este espacio en nuestro blog, por lo que hemos pasado. Queremos darles consejos, motivarlos a buscar eso que sueñan. Queremos que la confianza en Hexagon siga en aumento, mostrando nuestro lado más humano.


Hace más de un año que iniciamos con esta aventura llamada Hexagon. Una decisión que se tomó para generar un impacto con nuestra experiencia y talento. Queríamos romper con la rutina, pero lo más importante: salir al mundo a mostrarle de lo que estamos hechos.


Teníamos dudas. Nos generaron aún más. Llegamos a tener miedo, a dudar de las capacidades, pero nunca dejamos de confiar en el grupo que somos para sacar todo adelante. Todos los sentimientos, previamente mencionados, son de lo más normal. Deben de tener claro que sentirlos no es cuestión de inferioridad. Son etapas tan humanas, que todos hemos pasado por ellas sin importar la situación. Lo que importa aquí es evitar que nos tiren, porque lo que está fuera de nosotros llega a ser más complicado de controlar.


Me atrevo a hablar por mis socios, al decir que veíamos todo posible. No encontrábamos piedras en el camino y el éxito estaba al alcance de nuestras manos en cuestión de días. Considerábamos que caíamos de pie en esta industria llena de competencia. Nos sentíamos preparados, lo seguimos sintiendo, pero con el paso de los meses, los proyectos, los tropiezos y los logros, nos llevó a replantear nuestra definición de emprendimiento.


Emprender no es sólo desarrollar ese negocio que teníamos en la cabeza. Emprender es dedicación, constancia, ceder, paciencia, mucha paciencia. Trabajo, mucho trabajo aunque por momentos parezca que no se necesita. Si uno no pone el primer ladrillo en lo que hace, la construcción del éxito nunca comenzará.


Se debe tener la cabeza fría, mucho estómago y lo más importante: confianza en lo que se está realizando. Los tiempos fuera de los nuestros, generalmente, no son lo que uno está esperando, por lo cual se debe de tener conocimiento y preparación para solventarlos de buena manera, para no dejarse vencer.


Entramos, a lo que las estadísticas en México consideran el año fatídico: el 75% de las nuevas empresas cierra o quiebran antes de que termine su segundo año. Por lo cual debemos de seguir empleando, día con día, nuestra definición de emprendimiento para mantener el rumbo.


Se debe seguir aprendiendo, preparándose, porque así como se sube, también se puede bajar. Hay que aprender a escuchar toda clase de consejos, sin importar lo positivo o negativo que sean, al final la enseñanza es la que preservará y nos ayudará a mantener el rumbo.


El emprender es una acción para la cual no todos están preparados, pero consideramos que todos debemos realizarla. Eso sí, con su profesionalismo, dedicación y constancia que amerita tan arriesgada, pero placentera experiencia.

 
 
 

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